domingo, 20 de abril de 2008

...:::.Sin ella

0:24 am
I'm Not in Love-10 Cc
Yo te cuento, te cuento no más, aunque no importe aunque nunca escuches, jamás lo hiciste, te decía que siempre te escribo sobre boletas de botillería, recibos del metro, manteles plásticos de bares porteños, habló de ti hasta por los codos, y recuerdo las historias aunque ya no existan, porque las historias cambian, y hasta te imagino bonito y valiente en ellas, y me caigo y me recoges.
Y estas tan lejos querido, tan, y se que no me amas y yo sé que tampoco lo hago, pero eres una red que me devuelve, que me grita, descuartiza mi presente y lo vuelve chiquito, indescifrable, lo que extraño de ti es que soy yo antes, esa que no es nada de hoy.
Puedo decirte que ella no duerme aquí hace un mes, cuando vio tus fotos repartidas en mi cama, en la nuestra que también es la de ella, pero ahora solo mía…
Extraño sus tacos aguja, su abrigo eterno, sus piernas blancas sobre mi vientre y la veo volver, pero me la invento, porque esta vez no hay regresos como me lo advirtió, y no te hablo más a ti, le repito a ella, que me cuidaba las penas, que alimentaba un presente sin los personajes de tu vida. Pero no hay pasteles árabes, no hay tecitos verdes, no hay cariños en el cuello, masajes en la espalda húmeda, como repite el conserje, Isabel no aparece. Me miran los vecinos, los amigos, como una demente que acaba de asesinarla, sin embargo estoy sola, sin su cadáver en mi patio imaginario, sin sus extremidades en el refrigerador, sin su cabeza en la caja de embalar, sin sus cabellos castaños en mi polera y su cartera negra sigue aquí, con sus cosas apolilladas sin naftalina y ella, ella se fue.

No he ido a verla, tengo miedo, tal vez no existe tras del teléfono, no esta registrada en la cabina de la capital, no hay familias, vuelve, tráeme tu esmalte de uñas, tus medias sin puntos corridos, tu vida de farándula barata, de intelectuales pobres, tus discos de la Patty Smith, y vierte tu lengua en mi cuero seco sin ti.

La servilleta es tan pequeña, para calmar el llanto, y sigo mi vida en un orfanato sin hermanos huachos, solo quedo yo, la estupida que teje sin tener razón de comprar la lana.
La bicicleta, el bar, las calles, el estudio postergado, la bicicleta, el bar nuevamente…
Quiero escapar de esta ciudad infectada de parásitos malolientes de sudor humano.
Todos los días el mismo bar, las mismas propinas, algunas veces un rostro nuevo, otro simplemente añejo, y tú, viviendo otra dimensión, sin llamar, sin saber donde estoy, si lo supiera te buscaría para que me encontraras, pero no existes.
Isabel, no me dejes.